La apariencia externa de nuestro coche es casi tan importante como el buen mantenimiento de su interior, por ello, en Autocasion.com queremos darte las mejores ideas para tener tu vehículo siempre a punto.
Llega el buen tiempo y, con él, el gusto por lucir un coche con la mejor apariencia posible, limpio y aseado, lo cual, aunque parezca tontería, tiene su misterio.
Hace años, cuando yo conducía para una marca alemana de coches para el desarrollo final de sus productos, había un probador jefe que nos obligaba a todos a lavar los vehículos en test tras cada tanda de pruebas. “Coche limpio, coche feliz”, decía. Y sería casualidad o un efecto propio de la mayor habituación de cada piloto a medida que transcurría la jornada, pero es cierto que todos íbamos más rápido con los coches relucientes que con ellos llenos de cochambre.
Todo ello, sumado a mi obsesiva personalidad en lo que al automóvil en general se refiere y en la limpieza de los míos en particular, me ha hecho casi un experto en el llamado -por la gente sofisticada y anglófila de estos días- arte del “detailing”.
Pulimentos, espumas, ceras, arcillas, pinceles, esponjas, spays, paños de microfibra, discos abrillantadores, geles, espumas… un sinfín de productos ocupan los estantes de mi garaje preparados para cumplir su función específica en cada caso. Y todos tienen su aplicación restringida a la parte en la que supuestamente son especialistas. He llegado a usar hasta diez productos distintos en el lavado y enlucido de un coche, amén de más de una hora de trabajo, en algunas partes más esforzado que en otras.
De lo complicado a lo simple
Y he seguido comprando, y he seguido lavando, hasta que un día debí de llegar a un punto de inflexión y decidí probar lo simple en comparativa con lo complicado que lo hacía hasta entonces: una esponja comprada en un súper por algo más de dos euros, un chorrito de lavaplatos de marca en un cubo con abundante agua limpia y, eso sí, una buena gamuza de secado. ¿El resultado? Espectacular.
Es verdad que no llegué al nivel “de concurso” que se obtiene con los ungüentos específicos, pero, si al lavado estándar lo rematamos con un encerado natural (yo recomiendo la cera de carnauba), lograremos acercarnos en un 99 por ciento a dicho objetivo.
Sobre esa base, y siempre hablando de coches en buen estado, me decidí a seguir probando distintos productos de uso cotidiano y doméstico (y mucho más baratos, por cierto) en la limpieza del automóvil, asegurándome en todo caso de que ninguno fuera dañino para chapa, plásticos y/o pintura.
Así descubrí que para las llantas lo mejor es el limpiador de hornos en espuma. Y, en el caso de que tengan la suciedad muy agarrada, las esponjitas esas de aluminio que vienen ya impregnadas de jabón (esto me lo dijo mi madre y funciona a las mil maravillas). Para los cristales, el amoniaco perfumado –se puede usar sin perfumar, pero huele tan fuerte…- y, para los plásticos, un trapo levemente humedecido en aceite de oliva.
Vuelvo a decir que el secado es una fase crucial, sobre todo en provincias con el agua del grifo especialmente “dura” (o sea, con mucha cal). Para ello, gamuza natural y pases largos de mano siempre en la misma dirección.
Tratamiento aparte merecen coches con carrocerías dañadas o ajadas
A la hora de quitar arañazos superficiales, olvídate de lo que te venden por teletienda. En serio, yo lo tengo todo y todo es mierda pura. Y no sueñes con que te devuelvan el dinero…
Para lograr disimular esas feas rayas, yo he recurrido a un pulimento de uso general, uno que hace una marca de pinturas que viene siendo la más famosa de este país desde hace años. Con un botecito de lo dicho, un trapo, paciencia y fuerza moderada al aplicarlo en pequeños círculos, se logran buenos resultados. Lo importante en este caso es acometer la operación con buena luz, pues te puedes pasar de frotar y acabar por dejar la pintura de un tono más claro que en el resto de la pieza, y descubrirlo con horror cuando saques el coche del garaje.
Para daños más severos, siempre puedes contar con el pincel de retoque que venden tanto los concesionarios como las tiendas de productos del automóvil. Y, si tu coche es blanco, recurre al famoso Tippex, que ahora lo hay con una esponjita en la punta en lugar del pincel que hace mejor el acabado.
Seguro que vosotros conocéis más formas y más productos de todo uso para limpiar vuestro automóvil, os invito a compartirlo aquí con todos nosotros. Seguro que “Daniel San”, de haberlo sabido, habría dado menos cera y pulido menos cera de la que le obligó a aplicar el Señor Miyagui. Claro, que su karate igual se habría resentido…
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